La honestidad es buena para nuestra salud mental y física y está demostrado a raíz de un estudio que ha realizado recientemente la Asociación Psicológica Estadounidense en el que analizaron a 110 personas de edades comprendidas entre entre 18 y 71 años.
Para el estudio se dio instrucciones a 55 de las 110 personas de abstenerse de mentir durante 3 meses, aunque si tenían permitido ocultar la verdad, guardar secretos y no contestar a preguntas que les hicieran durante este período de tiempo. El resto de las personas se comportaron como habitualmente.
La asociación analizó diariamente al grupo, observando que cuando no mentían o reducían al menos en 3 el número de mentiras habituales en ellos, los achaques relacionados con enfermedades mentales descendíansu número en 4 y los padecimientos físicos se reducían en 3, por lo tanto de ser honesto se obtiene una mejor salud mental y física.
Es algo lógico, porque mentir produce estrés, ansiedad, melancolía, tensión e incluso depresión, lo que puede llevarnos a sufrir trastornos físicos como pueden ser dolores de garganta y de cabeza. Dejar de mentir de forma radical es difícil, pero aconsejamos ir reduciendo las mentiras gradualmente para así mejorar nuestra salud mental.
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